La Salette

En 1846 tuvieron lugar en Francia las apariciones de la Virgen a Melania, pastora de quince años, y Maximino, su compañero, de diez años; aprobadas  por el obispo y la Santa Sede. Anunció que Lucifer y muchos demonios serían sueltos sobre la tierra desde 1864 (este año se fundó la I Internacional marxista). La Santísima Virgen les dice a Maximino y Melania entre otras cosas lo siguiente:

1º. Los malos libros abundarán en la tierra y los espíritus de las tinieblas esparcirán por la tierra un relajamiento universal en todo lo relativo al servicio de Dios y obtendrán un poder extraordinario sobre la naturaleza; habrá iglesias destinadas al servicio de esos espíritus... la verdadera fe se habrá extinguido y la luz falsa alumbrará al mundo. ¡Ay de los príncipes de la Iglesia que se hayan dedicado únicamente a atesorar riquezas, a poner en salvo su autoridad y a dominar con orgullo!.

2º. Dada al olvido la santa fe de Dios, cada individuo querrá guiarse por si mismo e imponerse a sus semejantes. Se abolirán los poderes civiles y eclesiásticos; todo orden y toda justicia serán hollados; no se verá por doquier otra cosa que homicidios, odio, envidia, mentira y discordia, sin amor ni para la patria ni para la familia.

3º. Francia, Italia, España e Inglaterra estarán en guerra. La sangre correrá por sus calles; el francés luchará contra el francés el italiano contra el italiano. Después habrá una guerra general que será espantosa. Por algún tiempo Dios no se acordará ni de Francia ni de Italia, porque el Evangelio de Jesucristo no será ya conocido. Los malvados desplegarán toda su malicia; se matará y se destrozará mutuamente hasta en las casas...Porque los crímenes y los desordenes de los hombres atraviesan la bóveda de los cielos.

4º. París será quemado y Marsella engullida; muchas grandes ciudades serán conmovidas o engullidas por terremotos; se creerá que todo está perdido, no se verán sino homicidios, no se oirá más que ruido de armas y blasfemias; los justos sufrirán mucho; sus oraciones, sus penitencias y sus lágrimas subirán hasta el cielo y todo el pueblo de Dios pedirá perdón y misericordia como también mi auxilio e intercesión.

5º. Entonces Jesucristo, por un acto de justicia y de su gran misericordia para con los justos, ordenará a sus ángeles que mueran todos sus enemigos. De improviso todos los enemigos, los perseguidores de la Iglesia de Jesucristo y todos los hombres dados al pecado perecerán, y la tierra quedará como un desierto. Entonces será la paz, la reconciliación de Dios con los hombres; Jesucristo será servido, adorado y glorificado. La caridad florecerá en todas partes. Los nuevos reyes serán el brazo derecho de la Iglesia Santa, la cual será fuerte, humilde, piadosa, pobre, celosa e imitadora de las virtudes de Jesucristo. El Evangelio será predicado por todas partes y los hombres harán grandes progresos en la fe, puesto que habrá unidad entre los obreros de Jesucristo y los hombres vivirán en el temor de Dios”.

El 30 de septiembre de 1894, la vidente Melania Calvat, escribió una carta a un sacerdote con algunas precisiones donde le dice:

“Voy ahora a la cuestión del secreto. Yo sólo puedo repetirle una cosa, Padre: No he visto ni veo al gran Papa ni al Gran Monarca antes de una gran tribulación espantosa, terrible y general para toda la Cristiandad.

Sin embargo, antes de ese tiempo habrá dos veces una paz de poca duración y dos Papas carcomidos, vulgares y dudosos.

Yo no conozco la profecía de San Malaquías, pero, a pesar de todo, digo lo que pienso, pronta a someterme, si no hablo con exactitud, y a callar todo, guardando mi convicción para mí, a menos que no diga herejías, que anticipadamente rechazo para someterme a lo que cree y enseña la Iglesia de Jesucristo. No creo, pues, que el Anticristo dará muerte al último Papa, por cuanto después de la desaparición del Anticristo habrá más de un Papa, el último de los cuales será muerto por el Anticristo, tal como se entiende en el Nuevo Testamento cuando dice: “El Anticristo ya ha nacido..” 

El Juicio último Universal no llegará inmediatamente después de la caída del Anticristo en el infierno, esto es seguro. Habrá entonces una verdadera y apacible paz sobre la tierra; no habrá sectas ni herejías y la caridad florecerá; esto será el reino de Jesús y María...”

Firma Soeur Marie de la Croix, neé Calvat.